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16 03 2012

 

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Universos Paralelos

16 03 2012

En esta entrada he querido dejarles un documental interesantísimo sobre la teoría de los universos paralelos. Aunque parezca un debate de los tiempos modernos, el esfuerzo empleado por el hombre para tratar de explicar la naturaleza y origen de el gran universo en el que nos encontramos data de tiempos inmemoriales.

Desde los albores de la civilización han surgido innumerables teorías propuestas por los pensadores de cada una de las edades atravesadas. Entre dioses y titanes nació el nombre de «Vía Láctea», los héroes y monstruos de las distintas mitologías fueron inmortalizados dando sus nombres a las constelaciones del cielo conocido. Luego de muchas teorías nacidas de la mitología y sobre todo después del movimiento renacentista, con el nacimiento de la física como ciencia y gracias al trabajo de sujetos como Copérnico, Kepler y Newton fueron ampliados los conceptos del universo, dando a conocer una nueva perspectiva del funcionamiento y mecánica celestes. Pero ese gran avance fue apenas el comienzo de una larga jornada en la cual nos encontramos hoy en día. El el descubrimiento del espectro electromagnético, los profundos estudios sobre la naturaleza de la luz y el nacimiento de la física moderna abrieron las puertas a horizontes totalmente nuevos para los cosmólogos.

En la actualidad contamos con grandes instrumentos de alta tecnología y precisión sumado a las importantísimas aportaciones de Einstein con sus teorías de la relatividad especial y general, que junto a la mecánica cuántica forman el sustento para explicar la naturaleza de nuestro misterioso universo: La relatividad desde un punto de vista macroscópico y la cuántica desde lo microscópico, y ambas dejando una puerta abierta a la posibilidad matemática de la existencia de universos paralelos, los cuales veremos en el documental.

 
 
 
 




Lo congela y le devuelve la vida

16 03 2012

TEXAS, Estados Unidos, mar. 1, 2005.

La ciudad de Houston, Texas, reconocida mundialmente por sus avances en Medicina, fue el escenario de un milagro a manos de un médico mexicano.

Joseph Varon, originario de la ciudad de México y egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, ‘congeló’ a un ahogado y literalmente lo devolvió a la vida.

El canadiense Dan O’reilly, víctima de ahogamiento, llegó en diciembre pasado a las manos del doctor Varon con el uno por ciento de probabilidades de sobrevivir, y si sobrevivía, tenía altas posibilidades de terminar como un vegetal. Ahora se prepara para una vida normal.

“Después de haber trabajado en Medicina por 25 años y de practicar, por lo menos 15 años, la medicina intensiva, desarrollas un sentido de manejo urgente y poco convencional y empiezas a improvisar basado en tu educación, entrenamiento y experiencia. Basado en mi experiencia con la reanimación cardiopulmonar…. ya había contemplado el congelamiento”, narra  el doctor Varon, quien ya había usado este método en pacientes con problemas cardiacos.

LA HISTORIA

La historia, que podría parecer de ciencia ficción, comenzó el 21 de diciembre pasado en las costas del Pacífico mexicano.

El canadiense Dan O’reilly y sus dos hijos se encontraban nadando en Ixtapa, Zihuatanejo, cuando una poderosa ola lo arrastró y le hundió su cabeza en la arena, debajo del agua.

“Los dos hijos, uno de once años y otro de trece años, lo sacan del agua después de que este hombre está ahogado y le empiezan a dar respiración cardiopulmonar con respiración de boca a boca. La esposa se da cuenta que el señor está completamente azul”, recuerda el doctor Varon, en entrevista exclusiva para el programa de radio “Hoy por hoy”, conducido por Carlos Loret de Mola.

Dan se quedó sin oxígeno durante 45 minutos, antes de poderlo trasladar a una clínica cercana a la playa donde se encontraba para ser entubado y poderle dar compresiones en el pecho.

Poco después, el paciente fue trasladado a Houston Texas por medio de un avión-ambulancia, pero la situación era cada vez más crítica.

Doce horas después del accidente, O’reilly llegó al hospital Saint Luke’s Episcopal Health System, donde Joseph Varon lo esperaba.

“Cuando yo veo al señor yo básicamente pensé: este hombre está muerto, o está a punto de morirse, porque el señor lo único que tenía era un poquito de convulsiones que es generalmente lo que ves en alguien que ha tenido tanto daño cerebral a raíz de que no han tenido oxígeno. Incluso le llamamos al centro de donación de órganos”, narra Varon.

La situación era verdaderamente pesimista, y el médico debió tomar una decisión tajante. Decidió “congelar” al paciente, algo poco común, fuera del protocolo médico.

«Es por eso que decidimos ir por una forma de terapia que probablemente no sería usada por otros médicos», cuenta el Dr. Varon: «Lo congelé».

No se trataba de una resucitación cardiopulmonar, sino de un método jamás usado en ningún hospital de Estados Unidos y que parecía más bien un producto de la ciencia ficción. Es ni más ni menos, la congelación, hecha a tiempo, de personas para poderlas regresar a la vida.

Se llama terapia hipotérmica. Se usa en pacientes que tuvieron un ataque al corazón, pero hasta ahora nunca se había usado en un caso de ahogamiento.

Cuando O’reilly llegó al hospital estaba respirando gracias al respirador, pero como ya no se movía, el doctor Varon pensó en declararlo como muerto cerebral, sin embargo, gracias a que tenía respiración, decidió congelarlo.

LA CONGELACIÓN

El método de congelación utilizado por el doctor Varon consiste en bajar la temperatura a niveles subnormales.

“Hay varias formas de hacerlo, la temperatura normal es de 36.5, 37 grados centígrados. Cuando nos referimos al congelamiento es cuando bajamos la temperatura entre 28 y 32 grados centígrados… lo que para las funciones vitales es muy frío”, explica Joseph Varon.

La forma más barata de congelar a un paciente es poniéndole hielo en las axilas, en las ingles, en la frente o en la nuca, sin embargo, el hospital Saint Luke’s Episcopal Health System, a donde fue llevado O’reilly, cuenta con una máquina especial que congela la sangre.

Fue así como el paciente fue mantenido, por espacio de tres días, a una temperatura de 30 grados centígrados, lo que hizo descender a un porcentaje mínimo todas sus funciones vitales. Mientras tanto, continuaba conectado a un respirador.

“El cerebro empieza a no utilizar tanta energía, a no romper tantas células que tenemos en el cerebro, que es cuando uno tiene daño cerebral y hemos demostrado que claramente algunas de estas gentes pueden sobrevivir”, agrega el médico mexicano.

Al tercer día de estar congelado, Varon comenzó a “calentar” al paciente y sorpresivamente éste despertó y dejó sorprendidos a todos. Pese a no poder hablar, O’reilly pudo indicar, con movimientos de cabeza, que no podía mover las manos y los pies. Esto se debía a una contusión de la espina dorsal ocasionada por la ola que le arrastró.

O’reilly fue sometido a cirugía para corregir su espina y poco a poco fue mejorando, no sin antes lidiar con las complicaciones propias de un ahogamiento, como son las infecciones, agua en los pulmones, etc.

AHORA SÍ VOY A VIVIR

Actualmente O’reilly se recupera en su país natal y tendrá una vida perfectamente normal, ya no requiere del respirador y sólo está llevando una terapia física; es maestro de matemáticas, y muy probablemente regresará de tiempo completo a sus actividades en el siguiente ciclo escolar.

“Ya está caminando, ya lo tienen las enfermeras caminando. Tengo fotos de él donde está abrazando a las enfermeras. Dijo, ahora sí voy a vivir”, bromea Varon.

El éxito de este caso puede ser el antecedente de nuevos y promisorios tratamientos para el futuro, pues en las últimas cuatro décadas no se había encontrado nada para ayudar a este tipo de pacientes.

LA MEJOR FORMA DE MORIR

Al ser cuestionado por Carlos Loret sobre qué se siente estar congelado, el doctor Varon explica que en realidad hasta ahora ningún paciente ha podido decir “esto es lo que yo sentí”, pero para el especialista el congelamiento es una de las mejores formas para morir, pues la persona se queda dormida.

Dan O’reilly, por ejemplo, no se acuerda de nada, ni siquiera de la ola que lo arrastró.

La ciencia médica realiza varias cosas que tienen que ver con el congelamiento, éste se ha utilizado en el tratamiento de tumores. Instituciones de cancerología tienden a congelar algunos tumores para que éstos fallezcan.

En el caso del canadiense la idea de usar el congelamiento no era que las células murieran, sino que pudieran volver a la normalidad.

El ser humano puede estar congelado entre dos y tres días, pero ha habido casos en los que algunas personas pueden permanecer así hasta por una semana.

Existen casos de niños, por ejemplo, que caen a un lago congelado y sobreviven, pero con daño neurológico, sin embargo el caso de O’reilly la situación fue poco usual debido al largo tiempo que estuvo sin oxígeno y por haber usado una técnica experimental en ahogamiento.

REVIVIR EN ALGUNOS AÑOS

Sobre aquellas leyendas urbanas de personas que se congelan durante algunos años esperando una cura para una enfermedad que padecen, Varon señala que en Estados Unidos sí se dan estos casos.

“Si tú tienes 150 mil dólares te meten a una cámara creogénica y ahí te dejan hasta que una persona te pueda dizque resucitar”, dice el especialista.

En estas cámaras la persona no envejece, pues no cambia nada en el organismo, pero como dice el doctor Varon, esto sólo lo hacen los “locos extravagantes”.

Joseph Varon cuenta con cinco especialidades. Estudió en la UNAM y se entrenó en los Estados Unidos, en la Universidad de Stanford en California y en el Colegio Médico de Baylor, en Houston, Texas.





Libros

16 03 2012

Fisica Nuclear

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Fisica Molecular

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Física General – Tomo 1

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Fisica Teorica

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Fisica para Todos

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Ciclo 2012-0 UNTECS

16 03 2012

Para descargar todos los capitulos de Fisica Moderna UNTECS 2012-0 (incluye silabus, teoria, ejercicios desarrollados, ejercicios propuestos, etc) haz click en alguno de los link de abajo:

descargar AQUI       o     descargar AQUI





Marte, radiaciones y escudos de plasma

15 03 2012

No, no se trata de los socorridos escudos de las películas de ciencia-ficción. Estos son más sencillos, menos poderosos pero pueden ser tremendamente útiles para proteger a los astronautas en un futuro pero probablemente lejano viaje a Marte. 

Existe una posibilidad muy real de que la radiación sea un gran inconveniente en los viajes espaciales. Tanto que pueda incluso impedir los viajes espaciales de larga duración. Algunos cálculos indican que uno de cada 10 astronautas podría morir de cáncer por la radiación acumulada en el viaje de ida y vuelta a Marte. Aun peor, tal vez no puedan pisar Marte y mantenerse de pie. A la perdida de calcio debida a la falta de gravedad habría que sumar los daños causado por la radiación. Algunos experimentos con ratones sugieren que la radiación elimina gran parte de la resistencia de los huesos , pudiendo ocasionar graves casos de osteoporosis antes de llegar a Marte.


Pero para empezar, ¿Por qué hay radiación en el espacio? ¿Cómo puede haber algo que emita radiaciones si se supone que esta vacío? En realidad no esta vacío. Empezando por la Tierra, estamos rodeados por los llamados Cinturones de Van Allen  situados entre los 1.000-5.000 kilometros y los 15.000-20.000 kilómetros desde la Tierra. Estos cinturones tienen una forma toroidal, es decir como un donuts, y consisten fundamentalmente en una mezcla de protones y electrones. Estas partículas son atrapadas y aceleradas por el campo magnético de la Tierra, y pueden golpear a gran velocidad a cualquier satélite que encuentren en su camino. 

¿Y lejos de la Tierra? La situación empeora porque cada vez estaríamos más indefensos. Mientras estamos cerca de la Tierra tenemos todo el grosor de su atmósfera para detener la radiación directa y a la magnetosfera donde el campo magnético terrestre desvía al viento solar . Entre ambos nos protegen de la mayor parte de la radiación. Y es la interacción entre el campo magnético de la Tierra y el viento solar lla que permite colarse a algunas partículas, generando las preciosas auroras 

Pero al alejarnos, nuestra hipotética nave recibiría el impacto, no solo del viento solar, sino también de los rayos cósmicos. Se trata de una mezcla de diferentes partículas: protones, electrones o núcleos de átomos que pueden llegar a moverse casi a la velocidad de la luz. Su origen no esta del todo claro y a lo largo de lo últimos cien años han surgidodiversas teorías para explicarlos. Si se sabe que provienen de más allá del sistema solar y son increíblemente energéticos.

No pinta bien aunque es posible pensar en algunas soluciones para proteger a los astronautas. La primera opción, blindar la nave frente a las radiaciones, podría funcionar pero aumentaría mucho su peso incluso limitando la protección a zonas concretas de la misma. Y un gran aumento de peso impediría igualmente el viaje o lo volvería tremendamente caro. Cada kilogramo en órbita terrestre cuesta entre 5.000 y 30.000 dólares , lanzado hacia Marte aun más. Necesitamos algo mejor. Ligero, fiable y con eficacia demostrada en el tiempo. En la próxima anotación hablaremos de algunas propuestas que buscan proteger a los astronautas y, de paso, pueden revolucionar los viajes por el Sistema Solar. 

La semana pasada hablamos de los problemas que la radiación genera para los viajes espaciales. Era necesario pensar en una forma ligera y eficaz de proteger a los astronautas. Y un poco de plasma puede venir en nuestra ayuda.

El plasma es una mezcla de electrones y átomos ionizados que podemos ver en lámparas como la de la foto. Personalmente me encantan, otra razón para pensar que soy irremediablemente friki. Aunque no sea tan espectacular, cualquier tubo fluorescente forma un plasma en su interior al aplicarle una corriente eléctrica. Y como ya comentamos, una capa de plasma sobre la atmósfera ayuda a protegernos de buena parte de las radiaciones que sufriría un astronauta de viaje a Marte.

¿Podríamos imitar esta protección natural? Después de todo, tenemos cierta experiencia creando plasmas. En la Universidad de Washington han propuesto utilizar una burbuja de plasma para proteger una nave espacial. Unos pocos gramos de hidrogeno y un red de cables superconductores alrededor de la nave espacial serian todo lo necesario para generar un plasma protector equivalente a varios centímetros de aluminio sólido. En principio, ya se dispone de todos los materiales para ello, pero probarlo en el espacio no es una tarea fácil.

Pero hay una segunda posibilidad mucho más interesante. Buscando un escudo, podemos acabar desarrollando una vela que nos impulse a través del sistema solar. Esto es posible porque el viento solar puede alcanzar velocidades de hasta 800 kilómetros por segundo. La idea seria aprovechar este “viento” muy rápido pero con un empuje muy pequeño para impulsarnos hacia los planetas exteriores. A imitación de la magnetosfera de la Tierra, existe un proyecto denominado M2P2 que busca crear una gran burbuja magnética de entre 15 y 30 kilómetros alrededor de una pequeña nave espacial no tripulada.

Plasma M2P2

Para ello utilizaría un motor que parece un primo lejano de los motores iónicos que empiezan a utilizarse para la propulsión espacial y que, a pesar de su nombre, expulsan un chorro neutro. En este caso se expulsaría un plasma que tomaria forma de burbuja gracias a un campo magnético. Alrededor de un kilogramo de combustible al día y aproximadamente un kilovatio de potencia le proporcionarían un empuje sostenido de 1 a 3 Newtons. Para una nave de entre 100 a 200 kilogramos la velocidad estimada tras tres meses seria de más de ¡¡¡¡250.000 kilómetros por hora!!!. A una escala mayor, esta burbuja bloquearía la radiación en el rango de los MeV y puede que incluso al nivel de los rayos cósmicos (GeV).

Inside M2P2
Y lo mas bonito de esta idea es que conforme disminuye el empuje del viento solar, aumenta la superficie de la esfera. Así la fuerza propulsora seria igual en la Tierra que en la órbita de Plutón. La nave podría acelerar todo el camino hasta salir de la heliosfera y explorar los confines del sistema solar.

En cualquier caso, espero que esta vez lo hagamos bien. Si hace falta, esperando hasta desarrollar la tecnología adecuada pero no más misiones de pisar y volver. Hay mucho que ver ahí fuera.





Gotas saltarinas

15 03 2012

Es interesante ver como una simple sartén de cocina puede hablarnos de sistemas caóticos, de tensión superficial y de la gravedad con la ayuda de una gota de agua. El experimento es tan sencillo que seguro que la mayoría lo habéis hecho aunque sea de forma involuntaria. Dejar caer una gota de agua sobre una sartén caliente y, en muchas ocasiones, la gota comenzará a saltar y moverse violentamente por su superficie. 

efecto Leidenfrost
Es el llamado efecto Leidenfrost  que, en el caso del agua, se produce sobre una superficie que se encuentre entre 200 – 300 grados  centígrados. Una explicación simplificada es que parte del agua se evapora en contacto con la superficie formando una capa de vapor. La tensión superficial atrae al resto de moléculas formando una gota cuyas características dependen del líquido y de la superficie. Y la gravedad, además de afectar a la forma de la gota, la mantiene pegada a la superficie evitando que salga disparada como un cohete. Así que el vapor solo puede escapar por los bordes, provocando el movimiento caótico de la gota en dirección contraria.

¿Y porque no se evapora todo el agua de golpe? Esto es debido a que el vapor tiene una capacidad de transmisión de calor relativamente baja a esas temperaturas. En el grafico podemos ver como varia en función de la temperatura de la superficie de contacto. Poco antes de los 100 grados comienza a disminuir alcanzando un mínimo entre 200 a 300 grados. Es un efecto que puede ser muy peligroso. Por ejemplo en unintercambiador de calor podría ir aumentando de temperatura y disminuyendo la transmisión de calor hasta provocar graves daños en el aparato.

Hace unos meses, el efecto Leidenfrost se hizo popular cuando unos investigadores de la universidad de Oregón descubrieron la forma de utilizar el movimiento de las gotas de líquido para refrigerar superficies calientes  como los microprocesadores de un ordenador. Para ello utilizaron una superficie con un perfil similar al de una sierra que lo que “dirigía” la salida de vapor y por tanto el movimiento de la gota.

moving droplets





Telescopios en un mar de hielo

15 03 2012

Casi desde su creación los telescopios tendieron a hacerse más y más grandes para aumentar su sensibilidad a las señales mas débiles. Pero cuando se trata de detectar partículas tan esquivas como los neutrinos  es necesario buscar algo más que tamaño. ¿Una posible solución? Convertir un kilometro cúbico de hielo en un gigantesco telescopio.

Los neutrinos son partículas procedentes de las reacciones nucleares que apenas interaccionan con la materia ordinaria. Tanto si son generadas en el interior de nuestro Sol como dentro de un reactor nuclear son capaces de atravesar la materia que les rodea sin ser detenidas. O casi. Se calcula que seria necesaria una pared de plomo de ¡un año-luz! de espesor para lograr detener con seguridad a la mitad de ellos. Sin embargo, es tan grande el número de neutrinos que nos atraviesan constantemente, a casi la velocidad de la luz, que un ínfimo porcentaje de ellos puede chocar contra un átomo y ser detectado gracias a la radiación de Cherenkov  producida a consecuencia del choque. Los físicos que buscan localizarlos han diseñado un telescopio basado en más de 4.000 de detectores de luz enterrados entre 1450 y 2450 metros de profundidad en el hielo antártico. Dado que tiene la forma aproximada de un cubo ha sido apropiadamente bautizado como  IceCube

Este telescopio, aún en construcción, tiene como predecesor un sistema más pequeño denominado AMANDA (Antarctic Muon And Neutrino Detector Array ). La idea básica en la misma. Unos sensores de luz extraordinarias sensibles se colocan en líneas que rodean el cubo para detectar cualquier destello y determinar la trayectoria de la partícula responsable. Para ello es necesario perforar y volver a cerrar túneles de miles de metros a través de los bloques de hielo. Si alguien tiene curiosidad por ver los detalles de su construcción hay una interesante descripción, en inglés, en el siguiente vídeo.

 

MIRA AQUI EL VIDEO

 

Pero una vez superados los problemas de construcción, la localización tiene muchas ventajas. La profundidad bloquea otras partículas, como las procedentes de los rayos cósmicos, que podrían confundir las medidas. Y el aislamiento de la Antártica reduce el “ ruido” originado por la producción humana de neutrinos. Una vez acabado se calcula que podrá utilizarse durante unos 20 años. Desde luego el mantenimiento no parece nada fácil





Automóviles impulsados por nitrógeno liquido

15 03 2012

No es fácil sustituir a los motores de combustión actuales. Y, por eso, ahora mismo hay muchas alternativas en estudio. Desde modificar un motor para que utilice hidrogeno , como ha conseguido un grupo de mi antigua universidad, a los numerosos diseños eléctricos que empiezan a aparecer en las ferias del automóvil. En el camino, ha quedado olvidada una interesante tecnología, los motores de nitrógeno líquido. 

El hidrogeno como combustible o las baterías eléctricas tienen en común que no son fuentes de energía primaria. La energía solar, nuclear o química se utilizan para producirlos o recargarlos. Este proceso tiene que hacerse con el mejor rendimiento posible y el combustible obtenido tiene que poder acumularse y utilizarse de forma eficaz.

Obtener y almacenar nitrógeno líquido cumple con estos requisitos. La producción de nitrógeno líquido es una tecnología sencilla y bien conocida. Basta con enfriar el aire hasta unos 196 grados bajo cero. En el proceso se separa del oxigeno y del resto de los gases. Luego puede almacenarse en depósitos aislados para reducir al mínimo las perdidas por evaporación. Su coste es bajo y estamos acostumbrados a verlo en muchas exhibiciones sobre superconductividad.

¿Que sucede si forzamos la evaporación de este nitrógeno liquido? Es posible construir un motor con un funcionamiento similar a las máquinas de vapor que movían los ferrocarriles. La diferencia es que no necesitamos ninguna fuente de calor. Basta con utilizar la temperatura del aire exterior que siempre será mucho más alta. Una gota de nitrógeno líquido multiplica  por ¡¡700 veces!! su volumen al evaporarse. La expansión de estos gases puede utilizarse para mover un pistón y generar movimiento.  Este era el método de funcionamiento del  Cryocar, una furgoneta reconvertida por la Universidad de Washington y que circuló a principios de esta década. Otro proyecto similar, el CoolN2Car , fue desarrollado por la universidad del norte de Texas.


Esquema motor de nitrógeno.  

Comparados con los vehículos eléctricos de ese momento ganaban por goleada. El nitrógeno líquido permitía acumular más energía en menos espacio y con menos peso. Como consecuencia, la autonomía era mayor. Además no era necesario sustituir las baterías cada pocos años y  la fiabilidad también prometía ser superior. Aun así  su rendimiento era bastante menor que el de un motor de combustión convencional. 

Y la tecnología no estaba exenta de problemas. Además de la dificultad de diseñar y construir una nueva infraestructura para distribuir el nitrógeno líquido, estaba el riesgo de quemaduras por frío si se manejaba de forma descuidada. O la posibilidad de que una fuga en un recinto cerrado desplazase al oxigeno y asfixiase a cualquier persona cercana. Eran motivos de peso pero no hay que olvidar que la gasolina o el hidrógeno también tienen riesgos importantes. Y que las baterías no están libres del peligro de incendio y explosión.

En conjunto, creo que la idea tuvo su momento pero ahora ha quedado superada por los avances en otros campos. Actualmente, los motores de nitrógeno líquido han quedado relegados a juguetes de vapor  como los que pueden verse en el video que enlazo. O quizás no. Siguen existiendo entusiastas como la empresa Ecowavemotors  que han presentado una propuesta de automóvil de nitrógeno. Probablemente sea demasiado tarde, pero quien sabe.





Ducha de agua fría

15 03 2012

Cuando tienes que ducharte con agua helada, como me ha pasado hoy, entiendes mejor porque gustaba tan poco en otras épocas. Sin embargo, es interesante saber que no estaba sufriendo sólo por la temperatura del agua. En realidad, lo que me estaba congelando era su conductividad térmica.

El ser humano no es muy preciso como sensor de temperatura ya que confiamos en el contacto  para medirla. Eso tiene sentido porque, como ser vivo, no nos interesa la temperatura exacta del agua. Solo si vamos a morir congelados mientras intentamos limpiarnos. Pero lo que sentimos realmente es el cambio de temperatura en las capas superficiales de nuestra piel. Y este cambio depende de la temperatura del objeto que tocamos pero, también, de su conductividad térmica. Por ejemplo, un metal transmite calor con más facilidad que otros materiales. Eso implica que, si esta frío, lo sentimos mucho más frío que un trozo de madera a la misma temperatura. Simplemente nos roba la energía mas rápido. Esto también nos permite agarrar un material aislante que este muy frío, sin sufrir demasiado. Nuestra piel calienta la zona de agarre y, aunque el resto siga frío, no llegamos a notarlo.

¿Significa eso que podemos tocar una loseta caliente del trasbordador espacial? Es un excelente material aislante pero no es una buena idea porque hay un segundo mecanismo, la radiación, para transmitir la energía. A cualquier temperatura, un objeto emite radiaciones electromagnéticas que dependen de la misma. Por ejemplo, un metal calentado al blanco emite radiación visible que es fácil percibir. Pero no sólo emite radiación visible. En realidad, emite en todo el espectro siguiendo la formula de la Ley de Planck. Simplemente no tenemos capacidad para percibirlo directamente. A menores temperaturas,  el efecto es menor pero puede ser útil como se ve en la foto. Las superficies verticales son los radiadores utilizados por la Estación Espacial Internacional para eliminar el calor sobrante.  Fijaos como los paneles solares se orientan hacia el sol mientras los radiadores lo evitan.

Radiadores de la Estación Espacial Internacional.

Mi sensación de frío puede explicarse porque la conductividad térmica del agua es de 0,58 W/(K*m). Unas 100 veces inferior a la del acero pero muy superior a la del aire (0,02 W/K*m).  Por eso podemos aguantar bien rodeados de aire en calma a 15 grados pero no en agua a la misma temperatura. Siendo precisos, el tema es más complejo porque en el caso de los fluidos entra en juego la convección.  Las moléculas de agua o aire que están en contacto con la piel se desplazan y constantemente entramos en contacto con otras nuevas que también tenemos que calentar o enfriar. Si estas duchándote es aún peor porque, en cuanto se calientan, salen por el desagüe. Así hoy me despertado más rápido que nunca. Ventajas del agua fría.